Desde el dualismo cartesiano, hemos apre(h)endido a separar cuerpo y razón, pasaron los siglos y ese dualismo se ha disipado pero no mucho. El dualismo metafísico se hace carne en nuestro ser. Somos cuerpo, tenemos este cuerpo. Jamas escuchas a alguien decir "soy este cuerpo". Habitamos esta materialidad y al adquirir conciencia notamos que otras personas que no son yo me observan todos los dias y me dice como ser, como vestir, que habilidades adquirir, con quienes y como debo relacionarme sexo-afectivamente. Creces con esos dispositivos sexuales,estéticos que se introyectan en tu ser con tanta potencia que cuando te das cuenta llevas años, dias, horas, minutos y segundos invertidos en tu vida para ir en contra de vos, porque no es en contra de mi
CUERPO, porque soy este cuerpo que ahora me permite escribir con mis dedos este texto. Si jugamos al juego que quiere el sistema, damos cuenta de que ese cuerpo nunca fue mio. Siempre fue de los demás, de las opiniones, de las imagenes, de las peliculas, de la industria indumentaria. Este sistema heterocispatriarcal nos redujo a nuestra capacidad de seducir al hombre, solo ese rol debemos cumplir. Y ponemos nuestra vida en ello, aunque eso nos cueste enfermedades, problemas psicologicos y una relacion de extrañeza con nosotras mismxs toda nuestra vida. Ya Nietzsche a lo largo de su obra, hablo sobre el cuerpo y nuestra manera de relacionarnos (y reconciliarnos) con esto que somos. Y esto, desde luego permitio que autores como Foucault y sus precursores dieran cuenta de los mecanismos de control a través de dispositivos asombrosos para disciplinar nuestros cuerpos a servicio de las instituciones.
La experiencia como corporalidad femenina no me deja hablar de otra manera. Los hombres persiguen puestos de trabajoser lideres en un mundo en donde las mujeres usan ese tiempo para adquirir hábitos enfermizos. ¿Pero saben qué? no importa cuanto te esfuerces por lograr todo lo que el sistema pretenda de vos, siempre vas a estar en falta.
Hemos sido victimas de mandatos hegemonicos, nos dijeron toda una vida seras flaca o no seras nada. Y por supuesto que esto es funcional al sistema patriarcal y al capitalismo. Te quieren sumisa y frustrada para que no cuestiones las "verdades" que unos pocos instauraron. Y despertarnos de ese sueño es doloroso pero también es liberador.
el día que a las niñas se les diga que pueden ser lo que quieran ser, porque existe un mundo de posibilidades, que brinde oportunidades, ese día podremos relacionarnos sanamente con esto que somos.
Pero todas sabemos que eso es una utopia.
Solo hay posibilidades para quienes se animen a romper sus cadenas y tengan privilgios de clase, etnicos y hasta territoriales, y claro, para aquellas que el sistema premia por seguir sus mandatos.
Sueño con el día que todas recuperemos lo que nunca fue nuestro y al mismo tiempo si.