Recién termine de ver "La boda de mi mejor amigo" y no puedo creer como subestime esa película. Parece que hay cosas que solo adquieren sentido cuando sos capaz de verla con otros ojos. Casi llegando al final, Jules le confiesa su amor a Michael y pese a saber que es casi imposible que el la elija sobre Kim, igual hasta último momento sentimos ese halo de esperanza.
Seguramente es, porque a lo largo de la cinta ella crea en su cabeza y en sus acciones un mundo posible en donde eso ocurra, pero en verdad es todo el tiempo ella deseándolo, con todas sus fuerzas, con todos sus impulsos, como si fuese la ultima cosa que mas le importa en el mundo entero.
Sin embargo, el termina casándose con Kim, y ella siguiéndolo con la mirada hasta el ultimo segundo.
Lo principal que me quedo de esta película tan bonita como triste, es que hay escenarios que son mil veces mejores en tu mente que en la realidad efectiva. Lamentablemente, no mejoro nada su confesión de amor, quizás si como espectadores era algo necesario, por lo dicho previamente (todo el camino recorrido por Jules). Sin embargo, en mi caso, suena mejor en mi cabeza querer decirte que me muero por verte, por sanarte, que no me importa como te veas.
Que me diste una luz hermosa ayer cuando decidiste, después de total desidia y angustia, mandarme un mensaje. Que quisiera entender que pasa por tu cabeza, y tener una guía de como tratarte, de cuanto dar y como dártelo. Pero son cosas que se van a quedar conmigo, porque en mi cabeza suenan mejor y nadie puede lastimarme acá adentro.
No puedo darme el lujo de recibir tu rechazo o tus excusas, duelen un montón. Sin embargo así, de esta manera, yo me quedo conmigo y mi corazón chiquito, resguardado, protegido de mis estúpidos impulsos y de tu misteriosa determinación.
Te deseo con el alma, con la piel, con las manos. Y no deseo a nadie más. Y lo escribo, sin afán de que lo veas o lo sepas. Lo escribo desde mí y para mí.
Porque, a fin de cuentas, soy yo ese lugar seguro y me quiero quedar acá.